Viajar a Marrakech Experiencia Amazigh: Marruecos

jueves, 1 de agosto de 2013

Marruecos

Estoy cansada de escuchar entre la colonia extranjera, comentarios despectivos hacía los Marroquíes, estos comentarios los suelo escucha en todo tipo y clase de personas, algunas incluso casadas y con hijos marroquíes.

Efectivamente esta es una sociedad difícil por muchos motivos, en la que impera con demasiada frecuencia la ley del más fuerte y dónde las cosas se pueden complicar hasta el infinito. Pero también es un país que nos ofrece a todos un plan B una salida más o menos airosa dependiendo del embrollo. 

Me molesta ese mirar por encima del hombro que tienen algunos y no es que yo no sea critica o que mi vida aquí haya sido un paseo, he tenido problemas y los sigo teniendo, pero curiosamente con quién más problemas he tenido ha sido con extranjeros amarroquinados, no os recomiendo cruzaros con ellos, os complicarán la vida hasta el infinito y cuando hablo de marroquinarse hablo de elevar a la enésima potencia algunos de los defectos que compartimos Españoles y Marroquíes, que a mi entender son: La envidia, terrible epidemia peor que una plaga de cucarachas, el estar todo el día mirando lo que hace el vecino y como lo hace, ese gusto de los Españoles de poner zancadillas y subir a codazos.

Yo  debo haber heredado todos los genes  Becker-Muller los abuelos de mis tatarabuelos, ojalá no estuvieran tan lejos en el árbol, a estas alturas habría cambiado gustosa de nacionalidad.y lo digo alto y claro:  yo no me dedico a mirar lo que hacen otros, mucho menos a copiar, me alegro cuando alguien me cuenta una buena noticia y me dice que le va bien y sobre todo no pongo zancadillas a nadie, incluso cuando he dispuesto de información o datos para hacerlo, cuando alguien o algo no me gusta simplemente me voy, hace mucho tiempo aprendí que cuando no tienes nada bueno que decir es mejor callar.

Pero no me quiero despedir hoy de forma amarga  que estos últimos días los hemos pasado muy bien, con los viajeros que nos han visitado y que nos hacen ver sitios que ya conocemos con otros ojos,  que nos han aportado risas y alegría, con los viajes familiares tanto a la montaña como a la costa. Con la alegría que me da ver a mi hija crecer fuerte, risueña y sin vergüenza, que aunque nos falten muchas cosas materiales  tenemos lo más importante alegría y ganas de hacer....


Cuando viajéis a Marruecos no hagáis caso a nadie, ni siquiera a nosotros, dejaros llevar por los aromas y las señales que encontraron aquí su sitio ideal para manifestarse, que lejos de asustaros con la diferencia y el contraste, que estos  os inviten a investigar las semejanzas, pensar que el vestido, el idioma o las costumbres solo son una pequeña parte de nosotros lo esencial además de ser invisible es comprensible por todos que el alma no tiene país ni lengua conocida...

Bueno pronto daremos la bienvenida a otros viajeros que esperamos despedir como amigos......

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